AguAdentro
2018

Haced algo.
¿Qué queréis? 
Que Argusino no se olvide.

Historia de herida comunitaria. El DOCUMENTO eran las aguas del pantano y la vida que palpita bajo ellas.

El pueblo de Argusino fue tapado en 1967 por la construcción del mal llamado embalse de Almendra. Obligaron a marcharse a sus habitantes a golpe de treinta mil pesetas si antes tiraban con sus propias manos el tejado de sus casas. No les hicieron un pueblo nuevo, la única salida fue la diáspora. ¿Progreso?.
Cincuenta años después se produjo el reencuentro. La tercera generación provocó este hito entre personas que no se habían vuelto a ver desde la infancia. Indescriptible. Lean la prensa, busquen fotos, pregúntenles. Nació la Asociación Argusino Vive.

Nos lanzamos AguAdentro al atardecer a celebrar la memoria en comunidad. Se produjo el rito, el tamboril de Pardal volvió a sonar cincuenta y un años después.
Aquella mañana aquel actor apretando la piel dijo “este tambor hoy tiene que sonar como lo hacía cantar Pardal”. Sonó el tamboril y se produjo el rito, la fiesta, la celebración venida de unas manos ásperas que hacían bailar a un pueblo entero al toque de seguidillas.

Esa tarde de agosto nos adentramos en las aguas habitadas de recuerdos para el pueblo de Argusino, remover oficios, hábitos y aperos. Fue mirar a los presentes como a iguales, como si un@s y otr@s fuéramos compañer@s de pasado, fantasmas tod@s habitando el embalse como si el mundo se hubiera parado y sólo compartir ese atardecer fuera razón para respirar. Entramos AguAdentro y l@s argusinej@s que estaban en la orilla pusieron historia viva a nuestras acciones, nos dejamos llevar por el agua.

El respeto te lanza a este tipo de creación con pies de plomo, como si tuvieras entre tus manos un bebé de cristal.